Neutralidad de carbono: ¿cómo avanzar con la industria del futuro?

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Uno de los objetivos del acuerdo de París está relacionado con la reducción de la temperatura del planeta, de 1.5 °C para el 2100. Al mismo tiempo, la Unión Europea tiene el proyecto de lograr la neutralidad climática “huella 0 de carbono” al 2050 y poner en marcha otras acciones para descarbonizar los diferentes sectores. ¿Cómo puede mi empresa reducir las emisiones de mis actividades?; ¿Cuáles son las tecnologías actualmente utilizadas?

 

El dióxido de carbono (CO2) es considerado el principal gas de efecto invernadero  (GEI) que contribuye al calentamiento global. Según el grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para el año 2100 la atmósfera contendrá 570 ppm de CO2, lo cual aumentará la temperatura mundial a 1.9 °C. 

 

No hay ninguna duda de que debemos reducir las emisiones de GEI, especialmente relacionadas con el CO2

 

En diferentes países se trata de un tema reglamentario, sobre todo para las industrias que tienen un fuerte impacto, mientras que para algunas organizaciones se trata de un tema voluntario inscrito en su política de Responsabilidad Social Empresarial

 

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La neutralidad de carbono: ¿de qué se trata?

 

Se trata de lograr el balance cero, teniendo en cuenta la relación entre las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera y aquellas que se retiran por diferentes mecanismos, todo esto para el 2050. Los estudios científicos han determinado que los sumideros de carbono naturales eliminan 9.5 a 11 Gt de CO2 al año, lo cual no es suficiente, por ejemplo, en 2019 se produjeron 38 Gt de CO2

 

Para lograr las acciones contra el calentamiento global es fundamental implicar a los sectores más contaminantes. Las alternativas actualmente utilizadas están relacionadas con la reducción del consumo de energía, el uso de energías renovables, la utilización de equipos ecoeficientes, entre otros. 

 

Sin embargo, para lograr la llamada “neutralidad de carbono” se requieren de recursos económicos, las herramientas tecnológicas (de innovación dentro de los procesos de producción) y de infraestructura.



¿Cómo la tecnología favorece la neutralidad carbono?

 

Lograr reducir las emisiones de CO2 es un verdadero reto, hay que tener en mente que la única manera de lograrlo es a través de capturar, almacenar y utilizar el carbono. Se necesitan proyectos de innovación y desarrollo técnico para controlar las emisiones. 

 

Dentro de las tecnologías utilizadas se encuentran:



Captura del CO2

 

Existen plantas que capturan CO2 directamente de la atmósfera, tienen por objetivo “enfriar el planeta”. En Columbia Británica se está diseñando una planta, la cual depurará una tonelada de CO2 del aire por año, la tecnología está basada en depuradores y filtros en las chimeneas, los cuales captarán los gases antes de que lleguen a la atmósfera para 2050.

 

El sistema de Carbon Engineering usa ventiladores para hacer pasar el aire, se utilizan diferentes productos químicos que son mezclados con cal de construcción. La reacción permite capturar el CO2 en la piedra caliza, por medio de un calcinador el CO2 es capturado y almacenado. Este proceso tiene múltiples ventajas, por ejemplo, uno de ellos es que no se generan desechos. Todas las sustancias químicas usadas son reutilizadas en cada fase del proceso, lo que reduce el consumo de materias primas. 

 

En Islandia, se adelanta un proyecto muy interesante, el año pasado la planta Orca succionadora de CO2 inició sus actividades. La compañía ClimeWorks anunció que la planta es capaz de captar 4000 toneladas de carbono por año, una vez almacenada será inyectado al suelo, en un tipo de roca porosa basáltica. Aún se siguen estudiando las mejores técnicas para realizarlo, debido a que actualmente los costos son elevados.



Almacenamiento del CO2

 

Existen diferentes maneras de disponer el CO2, la primera está relacionada con el secuestro geológico, la carbonatación mineral y el almacenamiento en el océano. 

 

Para el almacenamiento geológico se utilizan técnicas derivadas de la industria del petróleo y el gas, se trata de inyectar CO2 a profundidades superiores a los 1000 m en formaciones sedimentarias porosas, especialmente pozos de gas y petróleo agotados. 

 

La carbonatación mineral es un proceso que consiste en fijar de manera natural o artificial el CO2 en carbonatos. El CO2 es usado en su forma gaseosa con los minerales en estado sólido. Esta tecnología busca utilizar los residuos de sólidos industriales, incluyendo los residuos de cemento, polvo de horno de cemento, residuos de la siderúrgica, cenizas volantes de la combustión del carbón, entre otros. 

 

Por último, el almacenamiento de CO2 en el océano hace parte de las estrategias de mitigación del cambio climático. Estudios han mostrado que es posible absorber entre 2.300 y 10.700 Gt de CO2. La eficiencia del secuestro oceánico de CO2 dependen principalmente de las condiciones de inyección (la tasa, la cantidad y la profundidad), las condiciones geológicas y las reacciones fisicoquímicas del CO2 en el medio marino. 



Utilización del CO2 como materia prima

 

Las características termodinámicas y cinéticas hacen que el dióxido de carbono sea considerado inerte. Sin embargo, sus características químicas lo hacen una materia prima fundamental en la síntesis de productos químicos. Se trata de un elemento económico y abundante. La síntesis del carbonato cíclico por medio de la cicloadición del CO2, es una manera de fijar el CO2, sus aplicaciones son múltiples, por ejemplo, es posible usarlo para fabricar solventes y monómeros, los cuales son importantes en la industria farmacéutica. 

 

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¿Cuáles son las alternativas a pequeña escala?

 

A partir del acuerdo de París, varios países han establecido una serie de regulaciones para alcanzar los objetivos previstos. Es verdad que la neutralidad carbono es una prioridad, y la tecnología es una verdadera ventaja para lograrlo, sin embargo, existen una serie de fases que las organizaciones deben disponer antes de entrar en la inversión de nuevas tecnologías.

 

Hoy en día existen diferentes estrategias empresariales para lograr la neutralidad carbono, recordemos que debemos reducir tanto carbono como el que producimos. Para ello existen medidas como los bonos de carbono, donde es posible contribuir a la eliminación del carbono de manera económica. Por ejemplo, en España, empresas como BBVA, Repsol, Mapfre, Banco Santander y Cepsa tienen planes de negocio donde incorporan las inversiones en este tipo de bonos. 

 

Es un tema que entra en el enfoque de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), a través del cual las organizaciones deben instaurar una serie de acciones relacionadas con la reducción de su impacto ambiental y social. 

 

Las empresas que tienen previsto implementar la RSE para el 2022 necesitan de una herramienta que facilite la gestión y el seguimiento. 

 

Los pasos a seguir son los siguientes:

 

  • Llevar a cabo un diagnóstico de la situación de la empresa
  • Establecer una estrategia de RSE con un plan de acción 
  • Implantar indicadores de RSE 
  • Comunicar el enfoque de RSE a todas las partes interesadas

 

Algunas de las acciones en materia ambiental están relacionadas con fomentar el reciclaje, poner en marcha una política de compras responsables, mejorar el rendimiento energético de la empresa y llevar a cabo la evaluación de las emisiones de CO2.

 

En lo relacionado con las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) el sector industrial tiene un gran desafío, para ello deben medir la cantidad de emisiones directas e indirectas de sus actividades. Esta es la base para establecer acciones correctivas y preventivas, por ejemplo, las compensaciones de carbono a través de los bonos o implementando energías renovables (solar, eólica, biomasa, geotérmica), instalando equipos ecoeficientes, utilizando filtros para retener los gases contaminantes, entre otras acciones. 

 

La realidad es que todas las organizaciones deben alcanzar el mismo objetivo: reducir las emisiones, tanto las acciones a gran escala como la captura, almacenamiento y utilización son necesarias para lograrlo. Sin embargo, no hay que dejar a un lado las acciones en materia de “management”, un plan estratégico que gira en torno a este tema es un componente clave para comprometer a las partes interesadas con las acciones contra el cambio climático. 

 

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