Protección contra la radiación: ¡No tengas miedo!

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En nuestra vida cotidiana estamos expuestos a la radiación natural del entorno, incluso nuestro cuerpo emite radiación nuclear. Estas radiaciones son inofensivas, sin embargo, en algunas actividades laborales los empleados pueden encontrarse con altos niveles de radiación. Según la OIT, la protección contra los diferentes tipos de radicación permite evitar y reducir la incidencia de los efectos estocásticos.

En estas líneas de trabajo, el empleador debe proporcionar los elementos de protección adecuados y cumplir con todos los reglamentos y normas de protección contra la radiación.

¿Cuáles son los reglamentos, normas y otras directivas sobre protección nuclear/radiológica? ¿Cuál es la responsabilidad del empresario?

 

En 1896, Henri Becquerel observó por primera vez la radiación nuclear. Se percató del suceso tras el oscurecimiento de las placas fotográficas en un cajón en el que también había una muestra de sulfato de uranio. Posteriormente, en 1898, Marie Curie llamó a este fenómeno "radiactividad". Este descubrimiento, por muy importante que sea, causó graves problemas de salud a Marie Curie provocando su muerte. Sin embargo, hoy en día se utilizan mejores equipos de protección para manipular materiales radiactivos.

 

Todos los días el cuerpo humano está expuesto a estas sustancias radiactivas que están presentes en nuestro entorno, el medio ambiente, nuestras casas y nuestros alimentos, sin embargo, los niveles de radiactividad son bajos y no nos perjudican. En Estados Unidos, los ciudadanos reciben una media de 6.2 mSv al año de todas las fuentes. Los ciudadanos canadienses están expuestos a una dosis efectiva procedente de fuentes naturales que ronda los 1.8 mSv al año. A nivel europeo, el nivel de radiación estimado es de unos 0.5 mSv al año, lo que se acerca a la dosis media mundial de 0.48 mSv. Todas estas radiaciones incluyen también las que nos llegan desde el espacio exterior.

 

¿Qué es la radiactividad?

 

La radioactividad es el fenómeno por el que un núcleo inestable de un átomo pierde energía en forma de radiación. En otras palabras, algunos átomos inestables en la naturaleza se transforman en otros más estables liberando energías. 

Hay 4 tipos de radiación, las radiaciones de partículas (alfa, beta, neutrón) y las radiaciones electromagnéticas (por ejemplo, los rayos gamma y los rayos X). Las radiaciones electromagnéticas son las más conocidas porque se utilizan ampliamente en el ámbito médico.

 

Leyes, reglamentos y normas

 

El empresario es responsable de la protección y seguridad de sus empleados durante sus actividades profesionales. Además, esta responsabilidad es mayor cuando los trabajadores realizan sus tareas diarias con materiales o medio ambiente radiactivos. En todos los países existen leyes y reglamentos para ayudar a proteger a los trabajadores y a los visitantes en el lugar.

 

La Comunidad Euratom en Europa tiene como objetivo proteger a la población y a los trabajadores de los riesgos de los altos niveles de exposición. La Directiva de Normas Básicas de Seguridad 2013/59/Euratom especifica las normas para prevenir y proteger a todos los trabajadores de la radiación y todas las acciones y medidas puestas en marcha para controlar la fuente radiactiva.

 

En España, el Consejo de Seguridad Nuclear es la entidad encargada de establecer los principios y las normas en materia de radioactividad. Su objetivo es el de gestionar tanto la seguridad nuclear como la protección de las personas y del medio ambiente. 

 

Otro ejemplo de regulaciones en materia de radioactividad es el de Estados Unidos, donde la NRC (Nuclear Regulatory Commission) contribuye a regular el uso de materiales radiactivos para proteger la salud y la seguridad del público y del medio ambiente. Junto con la EPA (Environmental Protection Agency), su objetivo es proteger al público de las fuentes ionizantes y proteger el medio ambiente de los materiales y residuos radiactivos peligrosos. En cuanto a la protección de los trabajadores, la OSHA (Occupational Safety and Health Administration) obliga al empresario a tomar las medidas y acciones necesarias para mantener y controlar las fuentes de radiación ionizante. 

 

Por otra parte, la norma ISO 20553:2006 "especifica los requisitos mínimos para controlar a los trabajadores ocupacionalmente expuestos a un riesgo de contaminación interna con materiales radiactivos". Esta norma define los programas que deben seguir las organizaciones para medir los niveles de radiación a los que están expuestos los trabajadores.  

 

El control de la exposición a la radiación en todas las leyes, reglamentos y normas debe mencionar los límites de dosis de radiación en función del tipo de actividad, la zona y la situación física del trabajador. 

 

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Protección contra las radiaciones ionizantes y aplicaciones

Áreas de trabajo

 

El tipo de equipo de protección depende de los niveles de radiación a los que vaya a estar expuesta cada persona. La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) ha definido un esquema de señalización para las zonas de radiación según el nivel de los riesgos radiológicos.

 

Definen cinco áreas diferentes, desde los niveles de radiación más bajos hasta los más altos:

  • Zona vigilada
  • Zona controlada simple
  • Zona controlada de estancia limitada
  • Zona controlada de alta radiación
  • Zona controlada prohibida (accesibilidad muy limitada)

 

En cada área, cada persona y/o empleado debe llevar siempre un dosímetro o también llamado distintivo de radiación, además de otro dosímetro para controlar la exposición a la radiación ambiental. Estos dosímetros se utilizan para medir la exposición de cada trabajador a la radiación externa ocupacional durante el tiempo de intervención en el lugar de trabajo. Dependiendo de la actividad laboral existen diferentes tipos de dosímetros, como el de cuerpo entero, el de anillo, el de gafas, etc.

 

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ALARA y los EPI

 

El objetivo en un entorno de trabajo radiactivo es mantener los As Low As Reasonably Achievable (ALARA). El principio de ALARA consiste en exponerse a la menor dosis posible y, aunque esta dosis no tenga efectos peligrosos, es mejor evitarla.

 

Para ello, existen algunas medidas de protección básicas:

  • Tiempo: reducir el tiempo de trabajo con material radiactivo o cerca de una fuente radiactiva.
  • Distancia: Cuando se realizan tareas ocupacionales, es mejor estar lo más lejos posible de un material/fuente radiactiva
  • Blindaje: Proteger al empleado, al empresario y a todos los implicados de una fuente de radiación. Cada medida de protección dependerá del tipo de radiación (papel, aluminio, agua o capas de hormigón). Sin embargo, además del material de blindaje que se instale, también se puede utilizar otro equipo de protección personal (EPP).

 

 

El empresario debe proporcionar a todos sus trabajadores y visitantes (auditores, aprendices, clientes...) equipos de protección adecuados y gratuitos para realizar sus tareas. Cuando se trata de radiaciones ionizantes, se adopta un EPI de categoría III. 

 

También, es importante utilizar un equipo especial de medición (medidor de medición) que medirá las radiaciones (por ejemplo, las radiaciones alfa, beta y gamma...). Esto garantizará que los EPI no se contaminen y se conserven en buenas condiciones para su reutilización.

 

Oficial y asesor de protección de radio

 

En toda empresa, organización o laboratorio, el empresario debe nombrar a un empleado como asesor de protección radiológica (RPA) o tener un responsable de protección radiológica (RPO). Se encargan de garantizar la seguridad de los empleados cuando trabajan con fuentes radiactivas o entornos de trabajo radiactivos. También se aseguran de que todos los protocolos y procedimientos cumplen con la normativa.

 

También son responsables del registro de todos los datos radiactivos, del envío de los dosímetros para su análisis por parte de las autoridades y de asegurarse de que todos los expedientes de los empleados expuestos tengan un buen seguimiento y supervisión médica.

 

Para ser un RPA o RPO, hay que seguir un programa de formación para poder realizar las tareas correspondientes. En todos los países hay organismos de formación especializados en seguridad nuclear que tienen programas que se ajustan a la normativa del país y a la International Commission on Radiological Protection.

 

Registro y auditorías

 

El registro y los informes relativos a la exposición a las radiaciones ionizantes son obligatorios y deben conservarse al menos 30 años después de la finalización de la actividad profesional con exposición radiactiva. Esta información no sólo es un requisito básico y esencial en las normas ISO, sino que se encuentra en todas las normativas de cada país cuando se trata de tareas ocupacionales expuestas a materiales radiactivos.

 

Es importante realizar auditorías internas periódicas para asegurarse de que todos los procedimientos y el programa de protección radiológica se aplican y respetan correctamente. Estas auditorías ayudarán a detectar anomalías e inconformidades en los procedimientos o en el programa de protección radiológica y a tomar decisiones rápidas para poner en marcha todas las medidas correctivas necesarias.

 

Casos de aplicación de la protección contra las radiaciones

 

Aunque sólo se descubrió a finales del siglo XIX, este recurso natural se utiliza y desarrolla ampliamente en muchos países y ámbitos.

Estos son algunos ejemplos de usos de la radiación:

 

  • Se utiliza en el ámbito médico para tratamientos, diagnósticos y exploraciones. Ha demostrado su importancia en el campo de la medicina y ha permitido salvar vidas con los tratamientos de radiación.
  • La radiación nuclear ha demostrado su importancia gracias a los estudios académicos y científicos. Por ejemplo, el uso de la datación por carbono C-14 ha demostrado su importancia a la hora de datar muchos descubrimientos naturales y arqueológicos. En el ámbito académico, la radiactividad se utiliza ampliamente en el campo de la física para ampliar los límites de la ciencia, especialmente cuando se trata de la exploración espacial.
  • Centrales nucleares: uno de los usos más comunes y conocidos de la energía radiactiva es la generación de electricidad. Esta aplicación está muy extendida en muchos países del mundo y, con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, algunos países se están planteando volver a desarrollar este tipo de generación de energía para reducir las emisiones de GEI.

 

Los materiales y las fuentes radiactivas se utilizan ampliamente en nuestro beneficio. Sin embargo, la protección radiológica es esencial para garantizar la seguridad de todos. Por lo tanto, la protección contra las radiaciones debe estar bien controlada y supervisada. También requiere importantes medidas de protección, así como una normativa muy específica. La investigación académica y científica sobre la protección contra las radiaciones está ampliando los límites para responder a todos los retos sociales y científicos.

 

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